La crisis venezolana en historias…¡No hay efectivo! (1)


Hoy fui al banco a buscar efectivo. Hace ya casi dos años que el circulante escasea en Venezuela. En 2017 el gobierno decretó una ampliación del cono monetario poniendo en circulación nuevos billetes de mil, cinco mil, 10 mil y 100 mil así como unas monedas que no hemos visto por ningún lado.

No sé en qué momento los comerciantes comenzaron a agregarle los tres ceros a todos los precios. El cono monetario puesto en funcionamiento por el presidente Chávez en 2007, tenía al billete de Bs. 100 como el de mayor denominación. Ya desde entonces la espiral inflacionaria subía lenta pero sostenidamente. Hablar de miles de bolívares equivalía, según el viejo esquema, a millones de bolívares. Pero desde 2016 tiene lugar esa distorsión que el Banco Central de Venezuela nunca atendió. Incluso a veces la gente se confunde y no sabe cuándo se le cobra en miles o en millones.

El llamado bolívar fuerte pasó a llamarse simplemente «bolívar» cuando se instaló el nuevo cono y salieron del mercado los viejos billetes. De la noche a la mañana todo cuesta miles de bolívares, es decir, millones…

El billete de Bs. 100 fue el primero en ser negociado en la frontera aunque es usual ver de todas las denominaciones. El presidente Maduro lanzó a fines de 2016 una medida sorpresiva para recoger el popular «marroncito» que aún sigue en circulación. Llegué a ver personas en los bancos llevando maletas llenas de billetes de 100 para cambiarlos durante esos días ya que se había dicho que su vigencia era hasta el 31 de diciembre de 2016.

Cono m

Hoy, como referí al comienzo de este trabajo, mientras hacía la cola en el banco la gente comentaba con mucho enojo la falta de efectivo. Una señora me dijo «yo tengo que venir todos los días y perder tiempo en esto para que me den piches 20 mil bolívares». Otros manifestaban que «aquí ya la paciencia se agota».

Estábamos en el Banco Fondo Común donde están dispensando Bs. 20 mil por taquilla y Bs. 15 mil por cajero automático, pero en otros bancos apenas dan Bs. 10 mil y eso no alcanza para comprar absolutamente nada. Pero en el BFC supervisan que el cuentahabiente no haya retirado dinero de otra agencia pues solo están autorizados Bs. 20 mil diarios entonces chequean por el sistema y si descubren que ya sacó le dicen «vuelva mañana».

Para el sector de pensionados del Seguro Social la situación es menos problemática en algunas entidades aunque continúan las quejas por las enormes colas que la gente de la tercera edad debe hacer para tener acceso a su beneficio. Pero entonces se les cancela con billetes de Bs. 100 mil y algunos comerciantes inescrupulosos o no los aceptan o cobran una suerte de «impuesto» por cambiarlo.

Los comercios también inventaron una  forma de lucrarse con la necesidad del pueblo: dar avances de efectivo a la gente a través de las tarjetas de débito pero cobrándoles hasta 30% de «comisión». La práctica fue suspendida por el gobierno y penalizada pero aún continúa con la anuencia de los desesperados usuarios ante la falta de circulante.

La escasez de billetes ha sido un preámbulo de crisis financieras en  otros países, como Ecuador, por ejemplo. En Venezuela hay una particularidad: nuestro papel moneda es negociado en Colombia, Brasil y países de Europa. Canjeado para obtener bienes y servicios especialmente en Colombia. Una situación que se registra desde hace cuatro o cinco años y sobre lo cual no hay hasta ahora acciones contundentes del Banco Central de Venezuela permitiéndose su contrabando escandaloso en la frontera colombo-venezolana.

Nadie da explicaciones al pueblo que día a día padece este mal además de la hiperinflación.

El gobierno no da soluciones sino que privilegia las transacciones electrónicas para que la gente no maneje efectivo, pero a veces es imposible también esta vía para pagar cuentas y hacer transferencias bancarias debido a la lentitud de internet o a que las páginas web de los bancos están «caídas». El uso del dinero «plástico» se acentúa. Todo el mundo paga con «débito» ya que las compras más insignificantes como un cafecito en la calle o alguna chuchería están a precios altísimos. Habría que cargar una carretilla de billetes o una camioneta llena de «cash» como la opositora Lilian Tintori a quien encontraron Bs 200 millones en efectivo pero las autoridades nada le hicieron. Entonces en tiendas, supermercados y cuanta taguara hay las colas son interminables para pagar en la caja cualquier cosa. Hasta los chicheros y otros vendedores ambulantes ponen su cartelito: «Sí hay punto»

El drama es peor cuando se trata de pagar el pasaje en transporte colectivo y el presidente Maduro, a sabiendas del problema, ha ordenado que se diseñe un sistema para pagar con el Carnet de la Patria pero es una solución a largo plazo. Entretanto siguen las penurias porque efectivo ¡no hay!

Es el día a día de la crisis venezolana…

 

 

 

 

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